
otras perspectivas
de un mismo conflicto

los incendios desde el punto de vista mediático
Brais Lorenzo
Fotoperiodista
Natural de Ourense, lleva años trabajando en la documentación gráfica de la problemática de los incendios en su tierra natal para la Agencia EFE y El Faro de Vigo.
Su labor a lo largo del tiempo ha servido como fiel retrato de las consecuencias de los desastres ocurridos en tierras gallegas.
A su vez, ha aportado una visión interna del trabajo de los profesionales de extinción y la ayuda que han prestado en ocasiones civiles de las zonas afectadas, aportando un valor inmenso a la causa.

ENTREVISTA AL FOTOPERIODISTA BRAIS LORENZO
La problemática desde los despachos: La mirada institucional

A pesar de la lentitud administrativa que vive la puesta en marcha del Estatuto del bombero y la bombera forestal a nivel nacional, Galicia es una pionera en lo que a los derechos y reconocimiento de la profesión se refiere.
En la comunidad gallega, el departamento de extinción de incendios se encuentra entre los cinco sectores a los que más dinero se destina, convirtiéndola en la región de Europa que más dinero invierte en la causa.
José Antonio Armada
Consellería del medio rural

ENTREVISTA A JOSÉ ANTONIO ARMADA
Una mirada cercana:
las víctimas
Alfredo, José Antonio y José Manuel, naturales de O Barco, así como Juan Carlos y Germán, de O Courel; han sido víctimas de un incendio en verano de 2021. Han perdido entre 4000 y 10000 euros aproximadamente, aunque, como dice Alfredo, “al final lo que realmente duele es lo sentimental”. Sin embargo, a pesar del dolor que pueda suponer o del volumen de las pérdidas, todos coinciden en que no se han llevado la peor parte, pues como señala José Antonio, “hay gente que ha perdido incluso sus casas”. En relación al porcentaje de pérdidas del que se han hecho cargo los distintos seguros, este ha oscilado entre el 40% y el 70%, aunque también han habido excepciones, como Germán, a quién no le han cubierto “ni la cuarta parte”, o José Manuel, cuyo seguro se hizo cargo de todo al considerar sus terrenos como zona catastrófica.
Para este último, los sucesos de este verano no han sido aislados ni mucho menos impredecibles: “Los sucesos de este verano (...) los llevo viendo desde hace dos años para acá a una velocidad aplastante”, se lamenta. Respecto a las principales causas del desastre, el barquense lo tiene claro: “La sequía, la mala concienciación humana, y, por supuesto, algunos intereses. Pero esa gente te aseguro que todo cuanto sucede, lo ven desde sus “casitas’’”.
Ante una posible mudanza a una zona más urbana, la idea es desechada con más o menos dudas, pero todos coinciden en que será algo que no harán, al menos próximamente, ya que a pesar de las adversidades o el peligro, lo sentimental adquiere un gran peso en este aspecto, pues como indican Juan Carlos o José Antonio, es su pueblo de toda la vida.
El gran tamaño de los incendios -el de O Courel es el más grande de la historia de Galicia- obligó a los vecinos a tener que salir a defender sus casas y tierras con lo que podían. José Manuel, con mucho humor, relata lo siguiente: “Durante los tres primeros días ni me quité las botas Chiruca (,,,) a los calzoncillos, les tocó pasar por las mismas pruebas de resistencia…” Respecto a las labores realizadas, las detalla de la siguiente forma: “Yo con mi remolque de los perros llenaba garrafas en la casa de mis padres en el Barco, porque aquí quedamos sin agua, sin luz… Así que me pasé desde (...) las 6 de la tarde hasta las 5:17 de la madrugada dando viajes con el remolque…”, una experiencia que, como él mismo dice, “es mucho para contarlo todo”.

¿Hubo escasez de efectivos? De ser así, ¿a qué se debió? Si bien todos coinciden en que es perfectamente normal que no hubiese trabajadores suficientes debido a la magnitud de los incendios, las críticas a la administración comienzan a sucederse. Alfredo, por ejemplo, señala que “el problema está en las condiciones, luego nos lamentamos”. Juan Carlos también lo tiene claro: “La culpa es del que paga”. Por otra parte, Germán, quien lleva “toda la vida trabajando en hostelería”, traza una comparación: “si los de arriba no quieren pagar, a los que trabajan les toca currar el doble”.
Para José Antonio, la solución también la tienen las administraciones: “la política contra incendios debería ser efectiva todo el año (…), y en Galicia los efectivos deberían ser muchos más”. Además, José Manuel, de forma un tanto irónica, le da un consejo a la clase política: “como siempre digo, al lado de los políticos deberían sentarse un ganadero, un cultivador, un bombero…”.
Sin embargo, no todas las responsabilidades recaen en las administraciones, si no que todos coinciden en que la concienciación social respecto a este problema es claramente mejorable. Para Germán, “es imposible educar a nadie si solo hablas del problema mientras sucede”, señalando la falta de prevención y educación. Otros como Juan Carlos, creen que el problema no está en la concienciación, si no en la falta de conocimientos por parte de la población.
Finalmente, sobre alguna vez recibieron algún tipo de curso o charla informativa respecto a esta problemática, todos señalan que no, y la frase de Germán es lapidaria: “No gastan en bomberos, van a gastar en esto…”
