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mirar a través
del fuego
introducción
Galicia es en la actualidad y ha sido históricamente una de las zonas más afectadas por los incendios forestales tanto a nivel español como europeo, registrando de media más de 9000 siniestros anuales durante la última década (datos de la Estadística General de Incendios Forestales (EGIF)). Con la intensificación del cambio climático en tiempos recientes, las condiciones que hacían de la comunidad gallega tan propensa a estos desastres no se han visto sino agravadas.
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La situación tanto de los gallegos y gallegas que son víctimas año tras año de los incendios como la de los bomberos y miembros de los cuerpos de seguridad encargados de extinguirlos se ha vuelto cada vez más incierta por diferentes razones y, para mayor preocupación, las opiniones de los expertos no sugieren que debamos ser optimistas de cara a un cambio positivo en el futuro próximo.
A la hora de analizar la situación actual en la que se encuentra nuestra comunidad conviene mirar al pasado y saber cómo ha sido la historia de Galicia en lo que a la incidencia de los incendios forestales se refiere.
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En la década de los años noventa, cuando se acuña el término “cultura del fuego” para hacer referencia al más de un millón de hectáreas de monte que se habían quemado en Galicia desde el año 1965, o lo que es lo mismo, las más de 40000 hectáreas anuales que habían sido arrasadas durante el período de 25 años anterior a la creación del término. La existencia de estos datos pone en evidencia lo que podría parecer obvio. La catástrofe medioambiental a la que nos enfrentamos lleva produciéndose en el noroeste de nuestro país (zonas como el norte de Portugal u otras comunidades del norte español se encuentran en una situación similar) desde hace 60 años o más. Sin embargo, esta percepción no es quizás la más extendida debido a la mayor exposición y atención que ha recibido la causa en los últimos años debido a su conexión con la concienciación acerca del cambio medioambiental.
La historia reciente de los incendios en Galicia
Galicia en la actualidad
Según el departamento de Estadística General de Incendios Forestales (EGIF), con el cambio de siglo, las cifras siguieron sin invitar al optimismo, habiéndose registrado entre el 2001 y 2014 más de 87000 incendios y 360000 hectáreas arrasadas por estos. Galicia representó así durante este período alrededor del 39% de los incendios de todo el país.
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Con el paso de los años, esta tendencia no ha cambiado, registrándose en 2017 alrededor de 62000 hectáreas quemadas y una incidencia de fuegos relativa a la superficie de 0,13 por cada Km2. Durante este año destacaron sobre todo los desastres de la zona de Vigo ocurridos en octubre.
En el 2021, Lugo y Ourense fueron los dos principales focos en Galicia. Las imágenes de los desastres ocurridos en ambas provincias ilustran la realidad que vivimos respecto a la cuestión hoy en día.
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Las cifras hablan por sí solas. En julio, los incendios dejaron atrás más de 10000 hectáreas (exclusivamente en esa zona) entre un total de 30 núcleos de población y provocando la evacuación de más de 700 vecinos.
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La gravedad de la situación durante un período tan largo en el tiempo podría llevar a pensar que la principal causa de que no remita es la poca acción tomada por parte de las autoridades. Sin embargo, cifras de los últimos cinco años nos muestran que Galicia es la zona en Europa que más ha invertido en extinción, alcanzando los 175 millones de euros en 2017. Y es que, como afirmó María Calviño Cancela, Investigadora por la Universidad de Vigo, “no tenemos un problema con la eficacia de extinción, sí con el número de incendios que se producen”.
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Galicia representó entre 2001 y 2014 alrededor del 39% de los incendios de todo el país.
Hay infinidad de causas que pueden provocar un incendio: las altas temperaturas en los meses de verano, la poca humedad, la vegetación seca o la acumulación de biomasa son algunas de las condiciones que juegan un papel en el origen de los incendios, pero las verdaderas razones van más allá, como se especifica en artículos de la organización Civio como ‘Galicia en llamas: el mapa de una tragedia’.
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La población gallega está envejecida con respecto a hace no muchos años y con respecto a otras comunidades, lo que, junto al paulatino éxodo de los terrenos rurales y la situación de crisis económica de los últimos 15 años ha colaborado a que la problemática de los incendios siga vigente.
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Como consecuencia de la crisis económica en el país se ha potenciado la plantación y crianza de especies de árboles más explotables a nivel comercial como los eucaliptos y los pinos en detrimento de árboles como los robles. Las dos primeras variantes son mucho más inflamables que la autóctona y con la plantación de estas nuevas especies, la velocidad y facilidad propagación de los incendios aumenta.
¿Por qué son tan comunes los incendios en Galicia?
La diferencia entre
pirómano e incendiario
Las estadísticas del último lustro, como se especifica en un reportaje de la agencia Sinc, indican que alrededor de un 99% de los incendios registrados en Galicia son por causas humanas y que tres de cada cuatro son intencionados. Pero, al contrario de lo que se cree generalmente, a través de un estudio de María Calviño Cancela, bióloga e investigadora de la Universidad de Vigo, solo un 6,5% de esos incendios (y se estima que la cifra podría estar inflada) son provocados por pirómanos, siendo la cantidad restante causada por incendiarios.
PIRÓMANOS
Los pirómanos son solo gente que provoca incendios de forma deliberada a causa de una condición psicológica.
Cuando hablamos de la intervención del ser humano en la aparición de incendios, la tendencia más extendida en la sociedad es la de apuntar directamente a esta intencionalidad.
Sin embargo, existe un malentendido entre las fuerzas de seguridad (a la hora de dar partes) y de la sociedad en general sobre lo que es un pirómano y la gravedad de los efectos de su condición en el paisaje.
INCENDIARIOS
Los incendiarios, no presentan esa enfermedad o condición psicológica y lo hacen con un objetivo distinto.
Como se mencionó previamente, uno de los factores que ha provocado la continuidad del problema forestal en Galicia es la naturaleza de los propios incendios, caracterizándose actualmente por distintas razones que hace unos años.
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Hoy en día, los incendios que se están viviendo alrededor de todo el mundo son los conocidos como “de sexta generación”, pero antes de saber qué los hace distintos y especialmente devastadores es necesario aclarar lo que es una generación de incendios. La agrupación en generaciones sirve para delimitar en el tiempo o según sus causas y efectos en el terreno un grupo de incendios ocurridos o que ocurrirán a causa de las condiciones climatológicas, según aclara BBC en su artículo “Qué son los incendios de sexta generación como los que arrasan ahora el sur de Europa” de 2022.
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Los de sexta generación son incendios impulsados principalmente por el cambio climático y sus consecuencias (como pueden ser las sequías o el aumento generalizado de las temperaturas a nivel global). Se caracterizan por ser especialmente destructivos (en ocasiones, incluso incontrolables) y por poder alterar el clima mediante nubes de piro-cumulonimbo (tormentas eléctricas que se forman encima de la columna de humo de un incendio, pero que también pueden crearse sobre las nubes de ceniza de los volcanes o en los hongos de una detonación nuclear). A nivel global existe el consenso entre los expertos de que son la primera generación de incendios que no se puede combatir con solamente la acción de extinción (ya que pueden ser tan intensos que ni permiten acercarse a los cuerpos de bomberos) sino con trabajo de prevención exclusivamente.
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Francisco, bombero brigadista de Ourense añade que “ debido a lo que muchos niegan y no aceptan, el cambio climático, nos enfrentamos a unos incendios nunca vistos antes en Galicia como fueron los fuegos de este verano. Algo que ya nos venía avisando por lo ocurrido estos últimos años en California, en Australia con el black summer y mucho más próximo lo que ocurrió a nuestros vecinos portugueses, con fuegos de una intensidad y potencia fuera de capacidad de extinción, era cuestión de tiempo que aquí diéramos el salto”
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Por ello, si la historia sigue el curso que parece tiene predestinado, es más que probable que los problemas de incendios sigan presentes de cara al futuro.